Te miré así, fijamente
y se humedecieron las ganas
abriendo senderos mojados
allá afuera de la mente.
No hicieron falta versos:
en silencio, habló el cuerpo
y la saliva corrió en un río
salpicado de afluentes.
¡Juventud, eterna cadencia!
dame más ritmo en las venas
dilata ese suave cordón
que me une a tu presencia.
Ebriedad entre mis piernas
-tan jóvenes todavía-
tan vírgenes de tu ausencia
tan tuyas, que no son mías.
Y resbalar. Ahora. Siempre.
Resbalar en el abismo
de la gran cosquilla triunfal
- espasmódico exorcismo-
Resbalar tan flojamente
que me vuelva casi agua
y a tus ojos transparentes
sea carne ,polvo, nada.
“En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación". Octavio Paz
Simplemente maravilloso :D
ResponderEliminarGracias Cristian, un placer recibir tu visita y aporte, saludos poéticos
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